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- Edición Nº1968

Sociales | 16 oct 2020

Crece el hábito de la meditación, en un contexto que agudizó los trastornos mentales


Las situaciones de estrés y ansiedad se multiplicaron en los últimos meses, a causa de la pandemia global y las situaciones de aislamiento social que ocasionó. Una práctica que prolifera, como contraparte, es el “entrenamiento cerebral”.

Por Ezequiel Ian Pérez.

La meditación es una práctica milenaria, que estuvo presente a lo largo de buena parte de la historia humana. No obstante, en las sociedades occidentales viene penetrando gradualmente desde mediados del siglo pasado, y cada vez con más velocidad en las últimas décadas.

Se entiende la meditación como un entrenamiento mental, donde con ayuda de diferentes técnicas, como la respiración consciente, se busca calmar los pensamientos, conectarse con el momento presente y ser consciente de lo que sucede en el cuerpo y mente.

Durante cada sesión se desarrollan cualidades como la atención plena, compasión y optimismo, es una práctica que ayuda a sentir más plenitud, calma y felicidad.

Uno de los mitos y prejuicios que rodean a la meditación, es que se trata únicamente de una práctica religiosa, en estrecho vínculo con el budismo.

A pesar de que ni la palabra ni su práctica resultan ya extrañas, sin dudas obra de la vertiginosa globalización en la que nos hemos embarcado desde las últimas décadas del siglo pasado, aún existen muchos mitos y desconocimiento en torno a la meditación.

Por lo pronto, su popularidad continúa creciendo desde diversos campos. Estos van desde la práctica más espiritual, asociada al ejercicio religioso o de disciplinas como el yoga (a menudo en estrecho vínculo), hasta la implementación dentro de la jornada laboral de algunas corporaciones, pasando por aquellos que la exploran de manera particular.

Un contexto extraordinario, que impulsa su ejercicio

De por sí, el estilo de vida de las sociedades modernas, hiperinformadas constantemente a través de medios masivos de información y el uso extendido de redes sociales, es un gran caldo de cultivo para la germinación de afecciones vinculadas al malestar psicológico.

En estos últimos meses, donde la pandemia de Covid-19 y las cuarentenas dispuestas a lo largo del mundo exacerbaron trastornos como la ansiedad, el estrés o la depresión, se ha incrementado la relevancia de este método de reflexión, calma y ordenamiento mental.

Uno de los datos que ilustran esta realidad es el incremento de las búsquedas en internet de la palabra clave ‘ansiedad’ a nivel mundial, en un 30%, desde el mes de marzo hasta la actualidad.

El comportamiento de las búsquedas de la palabra 'ansiedad' desde diciembre pasado hasta la actualidad.

En Argentina, la búsqueda marca una tendencia creciente de manera intermitente desde diciembre de 2015, mes en que registró el mínimo histórico del último lustro.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó, con base en diferentes estudios, que los síntomas de depresión y ansiedad se han incrementado de manera preocupante debido a la pandemia actual, al punto en que al día de hoy se calculan más de 300 millones de personas con un trastorno mental frecuente.

De la concepción espiritual a la evidencia científica

En la actualidad, a pesar de que aún proliferan mitos en torno a la práctica de la meditación, ya sea en relación a la necesaria implicación religiosa, a los tiempos que demanda e incluso a su efectividad para contrarrestar los conflictos de carácter emocional, también es una realidad su introducción basada en los beneficios que ofrece.

Por ejemplo, en el ámbito corporativo, cada vez son más las personas y empresas que implementan esta práctica. Esto ocurre no sólo para evitar una crisis de salud mental en un futuro, sino también a partir de la evidencia de que su impacto positivo en los trabajadores repercute en mayor productividad laboral.

En relación a lo primero, la OMS aconseja desde hace un tiempo incrementar las inversiones, tanto de tiempo como de dinero, en iniciativas que apoyen la salud mental.

La introducción del hábito en el ámbito laboral, cada vez más común.

En relación a lo segundo, Google, Amazon o Nike son sólo algunas de las compañías que vienen incorporando dentro de sus rutinas laborales prácticas o encuentros de meditación, observando que favorecen mejores ambientes de trabajo, lo cual se traduce en mejores rendimientos.

Entre otras investigaciones que refuerzan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, un estudio desarrollado por Harvard junto al Hospital General de Massachusetts (MGH) confirmó que, en tan sólo 8 semanas, la meditación reconstruye y fortalece zonas del cerebro relacionadas con el aprendizaje, la autoconsciencia y la introspección.

Por otro lado, un estudio desarrollado con el equipo del Dr. Richard J. Davidson constató que, mientras se medita, se genera una actividad superior a la normal en la corteza cerebral pre-frontal izquierda. Esto estimula una mayor disposición para el bienestar, las emociones positivas y mejor gestión del estrés.

Meditar es cada vez más fácil

En la actualidad, uno de los diversos roles que juega la tecnología, es el de facilitar el conocimiento y el contacto con todo tipo de prácticas e información. El denominado entrenamiento cerebral no es la excepción, y los espacios de divulgación se han multiplicado en los últimos años.

Algunos de sus beneficios.

Un ejemplo de ello es la startup latinoamérica Pura Mente, que se enfoca en brindarle a los usuarios hispano hablantes más de 200 meditaciones guiadas, enfocadas en reducir la ansiedad, el estrés, mejorar el descanso y aumentar la felicidad.

Actualmente, ya cuentan con una familia de más de 100 mil usuarios. Iniciativas como esta han llamado la atención de incubadoras y aceleradoras importantes en la región, como 500 Startups y Startup Chile. En esta línea, al día de hoy, Pura Mente cuenta con su respaldo e inversión.

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