viernes 26 de abril de 2024
- Edición Nº1969

Política | 11 dic 2019

Alberto Fernández inició su mandato con un discurso emotivo buscando unir a los argentinos por un proyecto común


En una extensa exposición que tuvo lugar en el Congreso, el presidente habló de superar la grieta para construir desde las diferencias, de las prioridades económicas y sociales de su programa de gobierno y de edificar desde la democracia un país donde “se come, se educa y se cura”.

“El 10 de diciembre de cada año, no es un día cualquiera en nuestra memoria colectiva, hoy celebramos el momento en que la Argentina sepultó la más cruel de las dictaduras que hemos sabido soportar”. Así inauguró su presidencia el flamante presidente de la Argentina, que no demoró en recordar al primer mandatario desde el regreso a la democracia.

“Hace treinta y seis años Raúl Alfonsín asumía la Presidencia, nos abría una puerta hacia el respeto a la pluralidad de ideas y nos devolvía la institucionalidad que habíamos perdido. Los argentinos hemos aprendido así que las debilidades y las insuficiencias de la democracia sólo se resuelven con más democracia”.

Las primeras palabras fueron dedicadas a “reivindicar el compromiso democrático que garantice, más allá de ideologías, la convivencia en el respeto a los disensos”.

“Quisiera que mis palabras expresen el eco de millones de voces que siguen resonando en Argentina”, prosiguió. “Desde la humildad de esa escucha y la esperanza que millones de compatriotas han expresado en las urnas, vengo a convocar a la unidad de la Argentina en pos de la construcción de un Nuevo Contrato de Ciudadanía Social”.

El ex Jefe de Gabinete hablo de un “contrato fraterno y solidario”. “Fraterno porque ha llegado la hora de abrazar al diferente, y solidario porque, en esta emergencia social, es tiempo de comenzar por los últimos para después poder llegar a todos. Este es el espíritu del tiempo que hoy inauguramos”.

A continuación, dedicó un espacio a asentar su intención de desarmar las discordias que signan la realidad social y política del país: “Los vengo a convocar sin distinciones a poner a la Argentina de pie, rumbo al desarrollo con justicia social”.

“Tenemos que superar el muro del rencor y del odio entre argentinos. El muro del hambre que deja a millones de hombres y mujeres afuera de la mesa que nos es común. Y, finalmente, tenemos que superar el muro del despilfarro de nuestras energías productivas. Estos muros, y no nuestras diferentes ideas, son los que nos dividen en este tiempo”, aseveró.

Alfonsín recibiendo el bastón presidencial en el regreso a la democracia.
El líder radical fue una referencia constante del actual presidente.

El presidente llamó a “que todas y todos seamos capaces de convivir en la diferencia y que reconozcamos que nadie sobra en nuestra Nación, ni en su opinión, ni en sus ideas, ni en sus manifestaciones” y luego sentenció: “Lo expreso desde el alma, tanto a quienes me votaron como a quienes no lo hicieron. No cuenten conmigo para seguir transitando el camino del desencuentro”.

Lucha contra el hambre

Uno de los pilares del discurso inaugural fue la importancia prioritaria que se le dará en su gobierno a la lucha contra la pobreza y el hambre.

“Más de 15 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria en un país que es uno de los mayores productores de alimentos del mundo. Toda la Argentina Unida debe ponerle un freno a esta catástrofe social: uno de cada dos niñas y niños es pobre en nuestro país. Sin pan no hay presente ni futuro. Sin pan la vida solo se padece. Sin pan no hay democracia ni libertad”, señaló.

Alberto Fernández insistió en la necesidad de construir desde el consenso y dejar atrás las discordias.

A continuación destacó que la primera reunión oficial como gobierno tendrá por objetivo trabajar sobre la problemática creando el Plan Integral Argentina Contra el Hambre. “Allí todo nuestro gabinete y las personalidades de la sociedad civil que generosamente se han sumado a nuestro llamado, comenzaremos la acción que ponga fin a este presente penoso”.

Al hablar sobre el Nuevo Contrato de Ciudadanía Social mencionado, precisó a grandes rasgos que consiste en “unir voluntades y articular al Estado con las fuerzas políticas, los sectores productivos, las confederaciones de trabajadores, los movimientos sociales (que incluyen al feminismo, a la juventud, al ambientalismo). Vamos a sumar en ello, también al entramado científico-tecnológico y a los sectores académicos”.

“Sabemos que estaremos transitando un sendero estrecho, complejo, desafiante, donde no hay lugar ni para los dogmas mágicos ni para las pujas sectarias”, aclaró.

Escenario económico 

Respecto al plano económico declaró que “Faltaría a la verdad y a la responsabilidad si no compartiera con ustedes el exacto escenario en el que hoy asumimos. Tiene cifras y datos contundentes, emanados de la administración saliente. Y es la información indispensable para comprender los desafíos que tendremos que asumir como sociedad”.

Allí destacó algunos de los indicadores que dejó Cambiemos en comparación con etapas previas, donde se restauró el tejido social y económico críticamente dañado hacía principios de siglo.

Martín Guzmán -en el centro de la foto- tendrá el duro desafío de gestionar la economía nacional en el proceso que se viene.

“La inflación que tenemos actualmente es la más alta de los últimos 28 años. Desde 1991 la Argentina no tenía una inflación superior al 50 %. La tasa de desocupación es la más alta desde 2006. El valor del dólar pasó de $ 9 a $ 63 en solo cuatro años. La Argentina no para de achicar su economía, el PBI de 2019 es el más bajo de la última década”.

“La pobreza actual está en los valores más altos desde 2008, retrocedimos más de diez años en la lucha por reducir la pobreza. La indigencia actual está en los valores más altos desde 2008. El PBI per cápita es el más bajo desde el año 2009, y la deuda externa en relación al PBI está en su peor momento desde el año 2004”.

Enumeró una verdadera metralleta de angustiantes datos en esta área, que continuaron con la floja productividad que presenta el país: “El nivel de producción industrial hoy es equivalente al del año 2006: retrocedimos 13 años, el empleo industrial registrado tiene el nivel de 2009. La cantidad de empresas es equivalente al nivel registrado en 2007: retrocedimos 12 años. Se cerraron 20 mil empresas en 4 años. De ellas, 4.229 eran empresas industriales”.

Tras tanta estadística, se tomó un segundo para poner sobre la tierra esos datos: “Detrás de estos terroríficos números, hay seres humanos con expectativas diezmadas”. “La economía y el tejido social hoy están en estado de extrema fragilidad, producto de esta aventura que propició la fuga de capitales, destruyó la industria y abrumó a las familias argentinas”.

Deuda externa

Respecto a los compromisos financieros que heredará su gestión, manifestó lo que viene expresando públicamente: “para poder pagar, hay que crecer”.

Además adelantó: “Buscaremos una relación constructiva y cooperativa con el Fondo Monetario Internacional y con nuestros acreedores. Resolver el problema de una deuda insostenible que hoy tiene Argentina no es una cuestión de ganarle una disputa a nadie. El país tiene la voluntad de pagar, pero carece de capacidad para hacerlo”.

En este sentido, no perdió oportunidad para señalar la responsabilidad de Mauricio Macri y los prestamistas en relación a la crítica situación, resaltando siempre la buena voluntad de cumplir con los pagos: 

“El Gobierno saliente tomó una inmensa deuda sin generar más producción con la cual obtener los dólares imprescindibles para pagarla. Los acreedores tomaron un riesgo al invertir en un modelo que ha fracasado en todo el mundo una y otra vez. Nosotros queremos resolver el problema y para eso necesitamos que todas las partes trabajemos responsablemente”.

Federalismo

Otro de los aspectos mencionados durante la presentación fue la descentralización de las actividades políticas, económicas y administrativas en el país.

“Llevaremos una parte sustancial de la actividad política y administrativa del Estado Nacional a las provincias, creando capitales alternativas”, aseguró y adelantó que “también vamos a realizar un análisis exhaustivo a fin de descentralizar y/o relocalizar en distintas provincias a los organismos del Estado Federal”.

El mandatario expuso a modo de ejemplo a seguir los casos del Instituto Nacional de Vitivinicultura en Mendoza y el de Investigación y Desarrollo Pesquero en Mar del Plata. Se buscará que cada área sea responsable y pueda disfrutar plenamente del desarrollo de sus actividades económicas para su prosperidad.

“Vamos a poner a la Argentina de pie con una infraestructura federal de calidad, sostenible y sustentable, promoviendo el desarrollo regional y creando juntos miles de puestos de trabajo en cooperativas de servicio, pequeñas y grandes empresas”, concluyó.

Cierre

Luego de pasar por diversos ejes, agradeció “profundamente la generosidad y la visión estratégica” que Cristina demostró en estos tiempos. Luego, en un emotivo pasaje, recordó a “tres personas que me signaron en la vida”.

“A mi madre, que me marcó con su ejemplo. A Esteban Righi, quien me inculcó como nadie los mejores valores del Estado de Derecho. Y a Néstor Kirchner, que en el año 2003 me permitió participar de la maravillosa aventura de sacar a Argentina de la postración”.

A continuación agradeció a los compañeros del espacio político, “por la permanente dedicación y militancia que nos ha llevado a la victoria”, y cerró con una conmovedora referencia: 

“Cuando mi mandato concluya, la democracia argentina estará cumpliendo 40 años de vigencia ininterrumpida. Ese día quisiera poder demostrar que Raúl Alfonsín tenía razón. Espero que entre todos podamos demostrar que con la democracia se cura, se educa y se come”.

“Pongámonos de pie y empecemos nuevamente nuestra marcha”.

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