

Por: info30.net
El martes por la tarde, una familia de Villa Devoto murió por intoxicación con monóxido de carbono. Cuatro adultos y una niña fueron encontrados sin vida en una casa ubicada a metros de la estación de tren. La tragedia vuelve a poner el foco en un riesgo habitual del invierno: el uso de artefactos de calefacción sin ventilación adecuada.
El monóxido de carbono es un gas tóxico, inodoro, incoloro y no irritante, que se produce por la combustión incompleta de materiales como leña, gas o carbón. No se ve ni se huele, pero puede provocar desde síntomas leves hasta la muerte en pocos minutos, al reemplazar el oxígeno en la sangre y provocar asfixia celular.
Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, en lo que va del año ya se registraron 444 casos confirmados de intoxicación, un 75% más que el promedio de los últimos cinco años para este mismo período. Especialistas explican que el riesgo aumenta especialmente con el inicio del invierno, cuando las casas están cerradas, los artefactos no fueron revisados y la ventilación se vuelve escasa.
Los síntomas de intoxicación pueden confundirse con una gripe: dolor de cabeza, fatiga, vómitos, somnolencia, dolor muscular. En casos graves: convulsiones, desmayos, paro respiratorio o cardíaco. También existen cuadros crónicos, con problemas de memoria, conducta o aprendizaje.
Los grupos de riesgo son niños, personas mayores, embarazadas y quienes tienen enfermedades cardíacas o pulmonares. Ante cualquier sospecha, se debe ventilar inmediatamente el ambiente, apagar todos los artefactos, evacuar a las personas y llamar a emergencias. El tratamiento incluye la administración urgente de oxígeno y, en algunos casos, cámara hiperbárica.
Errores comunes que favorecen la intoxicación:
No revisar los artefactos antes de usarlos: deben ser controlados cada año por un gasista matriculado.
Tapar rejillas de ventilación: son esenciales para la renovación del aire.
Ignorar el color de la llama: si no es azul, hay combustión incompleta.
Usar el horno para calefaccionar: no están diseñados para ese fin y son peligrosos.
No instalar detectores de monóxido: son una herramienta clave y aún poco utilizados.
Recomendaciones clave para evitar intoxicaciones:
Hacer revisar todos los artefactos por un profesional.
Nunca tapar las rejillas de ventilación.
Mantener siempre una ventana entreabierta, incluso con frío.
Verificar que la llama de estufas y calefones sea azul.
Instalar detectores de monóxido en lugares estratégicos.
No usar braseros, hornos ni fogatas en ambientes cerrados.
En palabras de los especialistas, todas las intoxicaciones por monóxido son evitables. La ventilación es tan importante como la calefacción. Aunque haga frío, es clave abrir las ventanas unos centímetros: protege contra este gas invisible y también ayuda a prevenir infecciones respiratorias.