sábado 15 de junio de 2024
- Edición Nº2019

Sociales | 21 may 2024

DESIDIA

Las escuelas olvidadas de la Franja

La comunidad de un barrio se encuentra en vilo por el deterioro edilicio: presencialidad intermitente, aulas y baños clausurados, y un programa de alimentación escolar deficiente.


Por: Redacción Info360

La comunidad del barrio El Carmen viene exponiendo que la EP N° 14 y la EESB N° 13, ubicadas en 126 entre 36 y 37, no pueden garantizar el ingreso de todos los alumnos y alumnas día a día dentro de las aulas, y por ende el derecho a la educación.

Según denuncian quienes tienen a sus hijos y familiares asistiendo a las instituciones, desde los temporales ocurridos hace varios meses, el cielorraso cedió y se desmoronó, y la única solución encontrada fue emplazar una faja de seguridad que impide el acceso a la zona deteriorada.

Las escenas tras el ingreso al colegio muestran a los estudiantes ubicados en las mesas del comedor, con un pizarrón improvisado arriba del escenario, donde ya no se realizan actos debido a su nueva función.

Además, se mantiene latente la preocupación de que el deterioro general provoque la caída de nuevas partes del techo, además de las aulas y baños que ya fueron clausurados.

En la comunidad de Barrio El Carmen vienen reclamando desde hace meses que se trabaje de manera urgente en la reparación e infraestructura edilicia, para poder acoger a la totalidad de la matrícula con garantías de seguridad y en las condiciones adecuadas.

Una madre de un alumno le relató a Info360.net: “Como si la pandemia nos atravesar de nuevo, los chicos entran de manera alternada, llevandose tareas en los días que no les toca ir al colegio, y con dinero que seguramente sale del bolsillo de los docentes”.

Allegados de la comunidad expresan que pocas familias pueden afrontar los gastos extra que requiere esta inusual manera de escolarización. Por ejemplo, comentan que no todos los estudiantes cuentan con celulares o servicio de internet en el domicilio, por no mencionar la falta del acompañamiento o la explicación que da el docente en el aula.

Según aseguran los padres y madres, ni las autoridades ni el cuerpo docente les pueden asegurar que de esta manera llegarán a cumplirse los objetivos pedagógicos estipulados al iniciar el ciclo lectivo.

A la situación de los techos también se le suman pérdidas de agua en el único baño habilitado, cuyo piso inundado ya es parte del paisaje diario en el edificio. Después del mediodía, las mesas donde estudian los estudiantes de Secundaria se transforman en el comedor de niños y jóvenes.

“Día a día unos ingresan y otros no. Día a día somos varias las familias que los llevamos al comedor y luego a nuestras casas, ya que la situación está muy difícil”, manifiesta el padre de un estudiante de primaria, que agrega: “También somos muchos los que reclamamos las cajas del Servicio de Alimento Escolar (SAE) que no llegan para todos, sino para algunos”.

Al respecto, también explica que “los que más necesitan son los que menos reclaman, ya desde las 7 de la mañana o antes hay familias haciendo cola para recibir lo poco que traen las cajas, pero al menos ayuda”.

A su vez, también ponen de relieve que -a pesar de que no se llega a cubrir la demanda alimenticia- se observan restos de comidas en los canastos de residuos de las instituciones.

Las familias esperan impacientes una solución a la problemática múltiple que atraviesan ambas escuelas, ya que la asistencia irregular de niños y jóvenes pone en jaque la organización del cotidiano de padres y tutores, que tienen sus trabajos y hacen malabares para conseguir quien cuide a los menores.

A esta compleja situación que aleja a los niños de las aulas se le agrega la necesidad que atraviesan muchas familias en el contexto de crisis económica, donde la comida que reciben en la escuela es clave -y en ocasiones la única del día-.

También se acarrean problemas propios de la desorganización, con alumnos que son enviados en días donde no les tocaba asistir y docentes que deben dar aviso a las familias. Desde la comunidad manifiestan que son días de incertidumbre y desamparo, que vienen a complicar aún más la caótica realidad social y económica del país.

“Esperemos que nos escuchen y se ocupen quienes deban hacerlo. Que gestionen, pero por sobre todo que nuestros hijos e hijas sean la prioridad y busquen soluciones”, manifestaron en diálogo con este medio.

Las familias ya han transmitido a las instituciones la preocupación. Infraestructura deteriorada, aulas clausuradas, asistencia irregular obligada y centenares de estudiantes que se agolpan en salas comunes donde no escuchan a los docentes por el bullicio que hay son sólo la dimensión educativa del problema.

Ahora, buscan llegar a los medios para que su situación tenga eco en la Dirección de Educación y hasta en gobernación de ser necesario. Pero la situación la consideran “insostenible”.

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