domingo 16 de junio de 2024
- Edición Nº2020

Cultura | 22 oct 2022

Cine

Argentina, 1985

El filme Argentino estrenado el pasado 3 de Septiembre en el 79º Festival de Cine de Venecia, también proyectado en el Festival de San Sebastian, dado al publico a partir del 29 del mismo mes en cines de nuestro país, desembarcó a “Prime Video”. Compartimos aquí algunas apreciaciones.


Por: Info360

1. Tecnicismo y su historicidad.

Si bien la obra fue un verdadero gozo de ser visto en la pantalla grande, tanto por su tecnicismo como por su historicismo; igualmente lo será el verlo desde la comodidad del hogar; esto porque la misma sabe hacer cuajar estas dos cuestiones a la perfección, por eso se lo puede dividir en dos: su peso histórico en el contexto actual (del mundo moderno y de nuestro país en particular) y su peso artístico (en el universo del arte tan variado y variable al día de hoy).

Se planta frente a quienes quieren y tratan de separar lo político de lo artístico y viceversa. Hace uno de las dos cosas; Argentina 1985 es arte política, historicismo que es arte y por sobre todo es una denuncia, un “reminder”: encarna en la memoria lo que militantes de la amnesia buscan borrar. Es una óptica que vuelve a re-leernos la historia, no da vuelta de página, por el contrario, nos lo remarca; resalta lo cruento de una historia que nos construye identidad; esto pasó… no podemos, no debemos olvidarlo… mucho menos, dar permiso a que se repita o amenacen con repetirlo.

 

2. Del Enfoque.

Puede si se quiere verle desde dos puntos de vista; mismos dos parten de la visual del fiscal encarnado por Darín: su vinculo familiar y su vinculo con la historia; a él (al actor) le pesa el personaje que encarna pero es tal su habilidad que lo lleva en andas sin sopeso. En la primer óptica – vinculo familiar- queda retratada la simplicidad, la cotidiana vida familiar de esos años en esa familia, hasta que se produce el quiebre -objeto del filme, pues con el, el “padre de familia” que era retratado con cierta “paranoia” se puede convertir en El Héroe Nacional; aquel héroe que mande a prisión a los dictadores… Y allí radica el peso de la historia, sobre Strassera y sobre Darín… Allí la responsabilidad de el actor en tomar parte en la interpretación de aquel que tuvo como tarea acusar a quienes dañaron directa e indirectamente a tantas personas. Alejandra Flechner (basándose en Marisa Strassera, esposa del Fiscal) hace un trabajo magnífico a la par de Ricardo Darín en sus personajes, no solo en el ámbito familiar, sino también en esa esfera histórica.

Con lo que respecta a la interpretación de Peter Lanzani como Luis Moreno Ocampo, no hay nada que reprochar: otro ejemplo de encarnación de la ya mencionada responsabilidad, pero en su caso mezclada con juventud, el ímpetu por la justicia, por alcanzar ese ideal… Y el compromiso asumido más allá de ser funcionario judicial; es decir: traduce en su interpretación la toma en conciencia del fiscal adjunto en el contexto que le tocaba atravesar.

Hacer historia no es una posibilidad que se tenga en la palma de las manos todos los días; y menos que menos lo es la posibilidad de cambiar a la misma, transformarla, torcerla a favor, sentar precedente para un mañana mejor. El filme en cuestión, da fe de que la historia puede ser y es escrita por personas comunes y corrientes.

 

3. Sobre la producción artística; la puesta en escena.

Existe un esfuerzo notable y logrado por la producción en la ambientación, desde los coches hasta las vestimentas; los accesorios, los ambientes de los departamentos, las casas; el uso constante del cigarrillo; la música que escuchan los protagonistas y la que musicaliza las escenas (Los géneros musicales que se asocian a los diferentes grupos sociales que aparecen en distintas escenas es ejemplo de esto) los peinados e incluso la imagen.

Son todos detalles que no pueden dejarse pasar por alto para saborear completamente esta pieza.

Tiene un rol clave cada diálogo. En cada toma hay un mensaje importante que se da en el intercambio oral y visual de los protagonistas. Allí también yace el historicismo ademas de los datos dados en fondo negro y letras blancas en cada suceso importante; luego hay otras escenas que sirven como cierto punto de fuga para la tensión, descomprimen de forma irónica o humorística al peso de la historia.

El sonido es claro, la iluminación acorde a lo que cada escena desea transmitir y las tomas juegan entre planos cortos que dan lugar al espectador para degustar el lenguaje no verbal de los actores y planos generales que a veces siguen los interpretes y otras dan un marco general que enriquece el atestiguar aconteceres.

 

4. Sobre el desarrollo narrativo.

Puntos de quiebre existen muchos, me refiero a aquellas escenas donde se juega lo nodal de la narrativa del filme, por mencionar elijo tres a tener en cuenta:

En primer lugar el poder de una imagen panorámica a todos los edificios mientras se está dando testimonio de lo que mas tarde llevará a cambiarle la vida al personaje principal; En segundo lugar el convencimiento o no que debe o puede lograr el enjuiciamiento de los genocidas sobre la opinión pública; dicha tensión entre idas y vueltas decanta con un llamado telefónico clave para entender este punto; En tercer lugar los relatos escogidos de los y las sobrevivientes y familiares sobre lo atroz de la dictadura: Calan nuestros huesos, pesan como bolsas de cal en nuestro pecho, hace poner los pelos de punta pero también, refrescan nuestra memoria.

 

5. Algunas Conclusiones.

En este vaivén de emociones, de temas diversos y tensiones transcurre el filme; hace de toda esta diversidad una sola trama.  La obra producida y dirigida por Santiago Mitre y escrita por Mariano Llinás, nos aborda con una denuncia que se puede ver muy claramente en algunas escenas puntuales: Es ejemplo el porcentaje dado sobre integrantes del aparato publico que no se encontraba cómodo con el juzgamiento a la junta genocida; o la desconfianza que sufre el mismo Fiscal a cargo, al momento de afrontar la situación… es que hay que ponerse también -como espectador, practicar ser un veedor, veedora comprometido, comprometida - en los zapatos de éste, quien enfrentó en conjunto con buena parte de la sociedad civil y a un grupo de abogados y abogadas jóvenes, a un sistema teñido de gris, manchado de gris, de verde que copó durante años las instituciones esgrimiendo como política de estado el ultrajar, violar, torturar, desaparecer, asesinar personas por razones políticas y también, en algunos casos, por placer (como queda retratado en el film); este “ponerse en los zapatos de” es una práctica que logra activar e incentivar esta producción. 

Además es de suma importancia porque vuelve a poner en agenda desde el arte nacional y para nuestra sociedad como también para la sociedad internacional, los destrozos que provoca la intolerancia y la amnesia; lo mal que hace en las relaciones interpersonales la frase tan usada y oída (lamentablemente también hoy día) “de política, de futbol o religión aquí no se habla”. Ante esta; este filme grita, devuelve la voz a quien es callado/callada. En ese mismo grito asegura y recuerda que torcer a favor del amor, de la memoria, del respeto a la otredad y de la diversidad siempre fue, es y será menester.

Como bien lo supo escribir primero; luego decir (atribuyéndola al pueblo de la república) en su alegato el fiscal; ahora en voz de quien interpreta al mismo, como también en voz de tantos y tantas en cada conmemoración, como eco al-unísono en la calle; Argentina, 1985 se suma a recordarnos y afirmar que Nunca Más es Nunca Más.



 

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