jueves 10 de octubre de 2024
- Edición Nº2136

Notas de opinión | 11 nov 2021

Clics modernos

38 años de “Clics modernos”: ¿El mejor disco del rock nacional?

En búsqueda de nuevos horizontes musicales, el segundo disco solista de Charly García encontró al artista sumergido en Nueva York y trabajando bajo las órdenes de un productor con el cual forjaría una histórica sociedad: Joe Blaney. “Clics modernos”, fue sin dudas uno de los hitos más altos en la rica carrera del músico, cuya vanguardia musical sorprendió a propios y extraños.


Por: Maximiliano Ucotich

Luego de despedir su primer disco solista “Yendo de la cama al living”, con un concierto realizado el 26 de diciembre de 1982 en el Estadio de Ferro ante 25 mil espectadores, Charly García creyó necesario cambiar de aire y emprendió un viaje a Nueva York sin un objetivo concreto; sin embargo, el ambiente reinante hizo que prolongara su estadía y finalmente decidiera grabar nuevo material.

Instalado en un loft, el músico comenzó a demear las canciones e inmediatamente se puso en contacto con su amigo y excompañero de Serú Girán, Pedro Aznar, quien desde hacía un tiempo vivía en Estados Unidos.

Con Aznar como coequiper, llegaron a los estudios Electric Lady de Nueva York, creados en 1970 por Jimi Hendrix y García eligió como productor e ingeniero a Joe Blaney, quien a lo largo de su carrera trabajó con artistas de la talla de Keith Richards, The Clash, Prince, Beastie Boys, The B52s, Joey Ramone y Tom Waits, entre otros.

García en teclados, sintetizadores, guitarras y voces; Pedro Aznar en bajo; restaba conseguir un músico que se hiciera cargo de la batería y en la primera jornada de grabación probaron a Greg Carter y no funcionó.

“No drummer”, dijo García 24 horas después y apareció en escena la gran protagonista del álbum: la máquina de ritmos Roland TR-808. “Me acuerdo de ese día en que nos dimos cuenta que no funcionaba la batería, nos fuimos a dormir con una pesadumbre tremenda porque
pensábamos que el proyecto no iba a funcionar”, decía Charly en 2012. “Entonces, al otro día, qué pasó: TR-808”.

Con las bases realizadas y el presupuesto achicándose minuto a minuto, el tridente García, Aznar, Blaney llegó a los estudios newyorkinos de Grammavision para grabar los teclados.

Luego Aznar y García viajaron a Los Ángeles donde se pusieron en contacto con Larry Carlton, ex sesionista de Steely Dan, Paul Anka, John Lennon y Joni Mitchell, quien tocó la guitarra en “No soy un extraño”, “Los dinosaurios” y “Plateado sobre plateado”; mientras que algunas baterías analógicas fueron tocadas por Casey Scheverrell. Por otra parte, el saxo de “Nuevos trapos”, estuvo a cargo de Doug Norwine, quien años más tarde pondría su instrumento para los álbumes musicales de la serie animada Los Simpson.

Austeridad fue el concepto planteado, nueve canciones que abordan mayormente una polirritmia entre máquinas y sonidos tocados, en el cual primó el concepto de la new-wave. Prestar especial atención a “Nos siguen pegando abajo”, “Nuevos trapos” o “Dos, cero, uno (transas”).

A dicho concepto, hay que sumarle otro no menos importante para la época: la estética del artista. Charly dejó atrás su etapa de pelos largos y así lo cuenta: “En Nueva York, fui con Pedro al CBGB a ver un grupo que se llamaba The Specimens (…) al otro día nos sentíamos dos ridículos con el pelo largo; en esa época el pelo era lo más importante en Nueva York. Más importante que saber tocar, que todo, era el pelo. Por suerte fuimos a una peluquería de artista. Quedaba en el Soho (…). Al mío lo interpretaron bien e hicieron justo lo que quería. A Pedro le pusieron una taza en la cabeza y le cortaron tipo Carlitos Balá”.

“Nuevos trapos” iba a ser el nombre de este segundo material; sin embargo, caminando por las calles de Nueva York, Charly se encontró con un grafitti similar al pintaban en Argentina para recordar a los desaparecidos, pero éste estaba pintado en negro. Cuando se revelan las
imágenes, comprobaron que decía “Modern Clix” y le pareció un buen nombre para el disco. Tiempo después, el músico diría que Modern Clix era, en realidad, el nombre de un grupo punk de Nueva York, bastante raro y no muy famoso y que, por tal motivo, no vio mal la utilización de su nombre.

Visto en perspectiva “Clics modernos” fue la entrada a los años 80 y anticipó desde su título el nuevo universo musical de García entre samplers, máquinas de ritmos y teclados, invitando al público a bailar, algo poco común para la época. La tapa en blanco y negro, también iba en consonancia con el concepto minimalista propuesto por el artista.

Presentado en el Estadio Luna Park los días 15, 16, 17 y 18 de diciembre de 1983, la banda que acompañó a García estuvo integrada Pablo Guyot (guitarra), Alfredo Toth (bajo), Willy Iturri (batería), El Gonzo Palacios (saxo), Daniel Melingo (saxo), Fabiana Cantilo (coros) y Fito Páez (teclados).

Canciones memorables como “Los dinosaurios”, la sátira personal en “Dos, cero, uno (Transas)”, otras que mantienen una vigencia asombrosa como “Nos siguen pegando abajo” o “Bancate ese defecto” ¿o todavía no pensamos que siguen pasando demasiadas cosas raras para que todo siga tan normal?, hacen de “Clics modernos” un álbum fundamental dentro de la historia, pese a la frialdad y críticas con la cual fue recibido en su momento.

¿El mejor disco del rock nacional? Que el lector saque sus propias conclusiones.

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