jueves 28 de marzo de 2024
- Edición Nº1940

Sociales | 17 sep 2019

Una Escuela a domicilio acerca la educación a quienes no pueden acceder


Se trata de la Escuela Especial N° 518. Sus docentes se mueven hacia diversos puntos de La Plata, Berisso, Ensenada y cercanías, para enseñar a niños y jóvenes con diversas afecciones y enfermedades que les impiden ir al colegio.

La institución es la única de la región que se dedica a cubrir la demanda de alumnos con diferentes condiciones de salud que los marginan de la escuela tradicional. Su sede se encuentra en calle 14 N°632, entre 44 y 45, y su equipo de trabajo se compone de 14 educadores.

Su directora, Carolina Ibarra, que fue docente domiciliaria durante 13 años, informó que tienen una matrícula de 65 alumnos fijos pero que llegan a 230 al año sumando a los que se incorporan temporalmente. Los regulares presentan condiciones crónicas, por lo cual realizan sus estudios a través de esta modalidad de manera permanente, mientras que los demás lo hacen durante el tiempo que dura su recuperación.

Por su parte, en el edificio también se dictan clases para chicos con trastornos de lenguaje, además de realizarse las inscripciones para la instrucción domiciliaria y los seguimientos de cada estudiante.

En la modalidad especial, que es la dedicada a personas con discapacidades, se ofrece el servicio educativo en los niveles inicial (jardín) y de primaria. En la hospitalaria, dedicada a personas que por razones de salud no pueden acceder momentánea o permanentemente al sistema educativo, se acercan propuestas de formación inicial, primaria y secundaria.

Los educadores del establecimiento debieron especializarse previamente en discapacidad motora e intelectual para poder ejercer, aunque algunos lo hicieron antes de conocer siquiera la Escuela 518. Tienen a su cargo entre 4 y 6 alumnos a los que visitan dos veces por semana, o una cuando la matrícula crece, y si bien su trabajo les exige una movilidad extra respecto a docentes de escuelas comunes, se sienten a gusto con esta manera de hacerlo.

En ocasiones los viajes son extensos, y lo que se les paga en concepto de viáticos -$260 al mes- es insuficiente, pero el vínculo que se genera con los chicos y las familias les genera una gran satisfacción. Así lo afirmó Walter, uno de los 14 incansables trabajadores de la enseñanza.

Pero también hay lugar para quienes disfrutan de las vicisitudes del oficio, como es el caso de María Cecilia, que lleva 31 años enseñando en la institución y asegura que prefiere “la autonomía de ir de un lugar a otro, ésta cosa nómade del ‘domiciliario’” antes que el “sedentarismo” que supone la escuela normal.

A pesar de llevar 65 años funcionando el establecimiento tiene poco reconocimiento, y con frecuencia muchos directivos de otros colegios lo conocen ante alguna situación puntual con alguno de sus estudiantes. Es así que sus autoridades se encuentran año tras año pidiendo la habilitación de más cargos debido al crecimiento de la demanda y la matrícula, siendo que ninguna otra entidad cubre esa función en toda la región.

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