viernes 29 de marzo de 2024
- Edición Nº1941

Política | 7 nov 2019

Se agrava la crisis institucional en Bolivia: 1 muerto, 50 heridos y una brutal agresión a una Intendenta


Los disturbios en el país vecino originados luego del desconocimiento del triunfo de Evo Morales por parte de la oposición no cesan. La escalada de violencia alcanzó su tercera muerte y en el día de ayer afectó a una mandataria municipal.

El 20 de octubre Evo Morales venció por un ajustado margen en las elecciones nacionales de Bolivia, concretando su tercera reelección. Desde la oposición rápidamente acusaron fraude, debido a un repentino cambio en la tendencia de los votos hacia el final del escrutinio, que según el gobierno se debió a que comenzaron a computarse los votos de las zonas rurales (donde Morales habitualmente arrasa).

A partir de allí se desató una crisis institucional con manifestaciones simultáneas en apoyo y repudio al presidente y a su partido político, Movimiento Al Socialismo. A pesar de que el gobierno se puso a disposición de volver a escrutar las urnas ante un veedor de la Organización de Estados Americanos (OEA) -procedimiento que se encuentra en proceso-, la oposición no cesó en sus intenciones de desconocer a Morales como presidente.

Desde las elecciones del domingo 20, lo que comenzó como un ciclo de manifestaciones derivó en enfrentamientos entre militantes y simpatizantes del MAS, y grupos opositores. Esta escalada de violencia ayer encontró un punto crítico.

En una serie de batallas campales ocurrida en distintos distritos de Cochabamba, 50 personas resultaron heridas y una murió. Se trata de Limbert Guzmán, de 20 años, que sufrió un paro cardíaco en el Hospital Viedma tras haber quedado gravemente herido por las trifulcas ocurridas en Huayculi.

Así era secuestrada la alcaldesa de Vinto por opositores a Evo Morales.

En el distrito de Vinto se vivieron escenas de extrema tensión cuando manifestantes opositores quemaron la sede del gobierno municipal y secuestraron a la Intendenta, Patricia Arce del MAS. Arce fue llevada por la turba de manifestantes descalza por la vía pública.

La mandataria fue “bañada” en pintura roja, agredida físicamente y hasta le cortaron el pelo frente a los manifestantes, mientras le exigían la renuncia. Según pudieron captar medios bolivianos, mientras la mujer era tomada del cuello manifestó que estaba dispuesta a dar la vida de ser necesario para defender el proceso político que representa.

En un video difundido por la prensa boliviana, aseveró que "No tengo miedo por decir mi verdad, y estoy en un país libre; no voy a callar y si quieren matarme, que me maten; por este proceso de cambio voy a dar mi vida".

Por Ezequiel Ian Pérez.

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