sábado 20 de abril de 2024
- Edición Nº1963

Política | 4 oct 2019

Las estrategias de Alberto Fernández y Mauricio Macri: crónica de una elección anunciada


El candidato del Frente de Todos busca construir consensos con distintos actores del plano político, y se dirige a los más perjudicados por la actual gestión. El presidente, por su parte, se cierra en su núcleo duro y apuesta a la visibilización del apoyo que posee.

Las elecciones primarias de agosto arrojaron números contundentes: no sólo hablando de la victoria del Frente de Todos tanto a nivel nacional como en la Provincia de Buenos Aires, sino también en lo que refiere a cuál sería la disputa en las definitivas. Un resultado sumamente polarizado que mostró que el voto de los ciudadanos aún se dirime fundamentalmente entre el peronismo y la alianza encabezada por el presidente Mauricio Macri.

Cierto es que la diferencia en las urnas fue contundente, ya que la diferencia de poco más de 15 puntos que consiguió Alberto Fernández parece muy difícil de remontar para el oficialismo. Sin embargo, ambos frentes encaran la recta final para las elecciones definitivas del 27 de octubre con campañas orientadas hacia diferentes sectores del electorado.

La estrategia del Frente de Todos se desprende directamente de las consecuencias de la gestión de Cambiemos desde el 2015 hasta la fecha: Alberto le habla a las clases más desplazadas, apunta en sus spots a la recuperación del empleo, a la protección de los jubilados y el desarrollo de una economía propia por sobre los intereses externos. 

El dramático incremento de la pobreza expuesto en las mediciones del INDEC, el cierre de decenas de PYMEs por día que se suman a firmas históricas de renombre que bajaron las persianas, y la sensible situación económica de jubilados que deben decidir entre comprar comida o acceder a medicamentos le resolvió la tarea de definir un público objetivo al peronismo.

Mauricio Macri, presente en la marcha realizada en Córdoba en apoyo a su reelección.

En Juntos por el Cambio, apuestan de lleno a apoyarse sobre una de las pocas patas sólidas que le quedan a la alianza: su núcleo duro de seguidores, que apoyan al presidente de la misma manera que lo hacían hace 4 años. Sus bastiones en las producciones de campaña mediática son obras públicas llevadas adelante durante la gestión y la lucha contra el narcotráfico. Por lo demás, se repite un discurso ya conocido, cuyo contenido son banderas más bien abstractas -transparencia, ir hacia el futuro, no volver al pasado- y promesas de que “ahora” se viene el crecimiento económico y el período de bonanza.

No deja de resultar llamativo que un movimiento político que buscó diferenciarse del populismo desde su nacimiento mismo hoy acuda a convocar manifestaciones para hacer visible el apoyo de una parte de la ciudadanía. La sensación es que la coyuntura obligó a dar un golpe de timón en sus concepciones de la política, y de pronto no sólo hay marchas de simpatizantes de Cambiemos ¡Sino que hasta encontramos micros en las marchas!

En ésta línea, el presidente se propuso visitar 30 ciudades durante 30 días en la previa a los comicios, y concentrar en algún punto estratégico a los ciudadanos que continúan brindándole su confianza. Para coronar, también pidió en las redes sociales que los usuarios afines hagan publicaciones expresando su posición.

Mientras tanto, el candidato del peronismo apostó desde un primer momento a generar alianzas y acuerdos. Muestra cabal de ello es la unión en el frente de figuras otrora enemistadas con el objetivo de poder vencer al oficialismo: Cristina, Massa, el propio Alberto. Un ejemplo paradigmático lo encontramos en la decisión de la ex mandataria de acompañarlo en la fórmula en lugar de candidatearse, a pesar de ser el cuadro con más votos en el peronismo por escándalo.

Alberto Fernández junto a Hugo Yasky y Hugo Moyano en el histórico congreso de la CTA.

En el día de ayer, Fernández presenció el congreso nacional de la CTA celebrado en el microestadio de Lanús, junto con Hugo Moyano y distintas personalidades de la política y el sindicalismo. Allí, los delegados de distintas partes del país de la Central de Trabajadores de la Argentina votaron de manera unánime 3 propuestas generales: iniciar el proceso de unificación con la CGT, ser parte del diálogo para una concertación social y apoyar a la fórmula del Frente de Todos en las elecciones, “Porque la independencia de clase no es neutralidad”.

Así, a 23 días del sufragio definitivo, cada frente apuesta a sus recetas: el oficialismo busca el ballotage cada vez más encerrado en su núcleo duro de seguidores; mientras que la oposición conformada por diversos actores del peronismo intenta ampliar la diferencia de las PASO y ganar en primera vuelta extendiendo acuerdos con diversos sectores del plano social y político.

En este marco, resulta difícil imaginar que el 28 de octubre estemos hablando de un escenario favorable a Cambiemos. El espacio que más votos debe captar se encuentra enajenado, ocupado en arengar a los ciudadanos cuyo apoyo ya detenta, mientras el amplio vencedor auspicia la unión de los dos gremios más importantes del país luego de una ruptura que duró 28 años.

Por Ezequiel Ian Pérez.

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