jueves 28 de marzo de 2024
- Edición Nº1940

Policiales | 17 jun 2021

La enfermera que cuidaba a Maradona declaró que “no había acondicionamiento para la patología del paciente”


Una de las imputadas en el juicio aseguró que Diego era “una bomba de tiempo” y que faltaban varios elementos para su tratamiento.

La enfermera que atendía a Diego Armando Maradona en su internación domiciliaria declaró el miércoles ante la justicia y sostuvo que las condiciones en las que se lo había mantenido internado no eran las adecuadas para tratar sus patologías.

Entre otras cosas, afirmó que la única indicación que tenía de los médicos era la de administrarle la medicación, que le dijeron que no eran necesarios los controles y que en la casa de Tigre donde el ex futbolista falleció en noviembre pasado “no había ningún acondicionamiento” para la patología cardíaca que presentaba, que definió como “una bomba de tiempo”.

La indagatoria se desarrolló a lo largo de más de seis horas y en horas de la noche trascendieron las declaraciones de Dahiana Gisela Madrid, de 36 años. La trabajadora había sido contratada por la empresa Medidom para el cuidado del ídolo argentino.

Allí, contó que el 13 de noviembre, primer día que fue a trabajar a la casa del barrio San Andrés, fue la primera y “única vez” que pudo tener contacto personal con Maradona, tomarle los signos vitales y bañarlo, pero que ya el día 16, cuando fue por segunda vez, el propio paciente la echó e incluso amenazó con tirarle “por la cabeza” un “cargador de celular”.

Por esa razón, Madrid explicó que nunca entraba a la habitación del por entonces DT de Gimnasia y que la mayoría del tiempo estaba “afuera, debajo de las plantas” o “sentada en el living” sin hacer ruido.

“Me habían dicho que nosotros los enfermeros estábamos para dar la medicación en tiempo y forma para que el paciente no se automedique, que no era necesario que se controle”, afirmó la imputada ante los fiscales Cosme Iribarren y Patricio Ferrari, que fueron los dos miembros del equipo fiscal que ayer la indagaron por el delito de “homicidio simple con dolo eventual”.

Cuando los fiscales le preguntaron quiénes daban las indicaciones, Madrid respondió que su coordinador era Mariano Perroni (40), otro de los imputados que el viernes será indagado.

Mencionó además que los “responsables del domicilio” eran el sobrino de Maradona, Jonathan “Jony” Espósito, y Maximiliano Pomargo, asistente personal del “10” y cuñado del abogado Matías Morla, y que los médicos eran Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov.

“Nosotros solo teníamos la medicación. Nada más. Había que hacer lo que el paciente quería, si el paciente se dejaba tomar los controles. Todo según lo que el paciente quería o disponía. No había que molestarlo, no había que ingresar a la habitación, solo darle la medicación en tiempo y forma únicamente”, agregó.

Tal como el lunes había declarado el otro enfermero imputado, Ricardo Almirón (38), del turno noche, Madrid explicó que nadie le informó los antecedentes de salud de Maradona: “Las patologías que tenía el paciente me enteré después. Cuando llegué al domicilio pregunté si teníamos una epicrisis y me dijeron que no”.

“Si vos sos un paciente cardíaco sabés que sos una bomba de tiempo, pero no había ningún acondicionamiento para la patología del paciente. Lo único que había era control de signos vitales. Un termómetro y un saturómetro”, afirmó Madrid en torno a las falencias que notó que había en la casa de Tigre para una supuesta internación domiciliaria.

También dijo que “faltaba un desfribilador, un tubo de oxígeno, un ‘abocat’” –que es un dispositivo que se usa para pasar medicación por una vía- y que “no había un monitor cardíaco que era necesario siendo un paciente cardíaco”.

Madrid también contó de la caída que Maradona sufrió el 18 de noviembre en su habitación y que ella recomendó “llevarlo a una guardia o a una clínica para que le realicen una tomografía”, pero que “Maxi” Pomargo se puso a hablar por teléfono con alguien y le dijo que no, porque el incidente podía “salir en los medios”.

Sobre el día del fallecimiento, reconoció que nunca entró a la habitación, que solo le dio la sensación por lo que escuchó desde el living, que Maradona se levantó para orinar en el baño portátil que tenía junto a la cama, y criticó a Cosachov al contar que, cuando le pidió ayuda para reanimación, notó que la psiquiatra “no estaba haciendo bien a las maniobras” de RCP, por lo que continuó ella con las tareas.

Además, volvió a complicar la situación de su jefe Perroni, y ahora también de otra de las imputadas, Nancy Forlini (52), que es la médica que coordinaba para Swiss Medical la internación domiciliaria del “10”.

En este sentido, afirmó que fueron ellos quienes le pidieron que elabore, con Maradona ya fallecido, el informe en el que constaba que aquella mañana había intentado controlarlo, que él se había negado, algo que no sucedió porque no tuvo contacto con el paciente.

Dijo que confeccionó esa planilla al volver a la casa de Maradona, luego de declarar en la fiscalía y “afuera en el capot del coche del coordinador”, mientras Perroni hablaba por celular con la médica de la prepaga.

“Forlini quería que ponga horarios y demás así que me hicieron transcribirla y la transcribí. Ella decía que tenía que ser una planilla bien completa”, comentó.

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