viernes 19 de abril de 2024
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Mundo | 7 abr 2020

El día que Bill Gates predijo la pandemia: “Un virus más que una guerra matará millones en el futuro”


VIDEO. El multitudinario magnate había anunciado, en 2015, que el máximo peligro a nivel global sería una epidemia “muy infecciosa, con la que los transmisores no se sientan mal”. Con el Ébola como alarma, proponía preparar la infraestructura sanitaria tanto como las potencias preparan a sus militares para estar preparados.

Por Ezequiel Ian Pérez.

El multimillonario empresario estadounidense había advertido, cinco años atrás, que la próxima gran catástrofe a escala global no sería el lanzamiento de una gran arma destructiva. “Más bien se parece a ésto”, expresaba en una charla “Ted”, mientras mostraba en una pantalla la imagen de una bacteria de influenza, muy similar a la de COVID-19.

Gates proponía, en aquel entonces, generar toda una infraestructura de desarrollo de investigación, capacitación e infraestructura en sanidad, aprovechando la “alarma temprana” del virus Ébola en África.

“Si algo ha de matar a más de 10 millones de personas en las próximas décadas, probablemente será un virus muy infeccioso más que una guerra. No misiles, sino microbios”, sostenía. A continuación, señaló que “en parte, la razón es que se han invertido enormes cantidades de dinero en disuasivos nucleares, pero muy poco en sistemas para detener epidemias. No estamos preparados para la próxima epidemia”, sentenció.

El documento exhibe de manera contundente que el impacto de la pandemia del nuevo coronavirus podría haberse evitado, o al menos, reducido sustancialmente. Y lo peor, expone los intereses reales de las grandes naciones, contrastando las carencias del sistema sanitario mundial con los recursos y preparación que sí tienen las Fuerzas Armadas.

Imagen de una bacteria de influenza H1N1 utilizada por Bill Gates en la presentación, similar a la de COVID-19.

“Veamos el caso del ébola”, planteó. “El problema no fue que el sistema no funcionara adecuadamente, sino que en realidad no teníamos ningún sistema. Faltaban piezas clave bastante obvias. No habían equipos de epidemiólogos listos a viajar, que hubiesen ido, para ver qué cosa era esa enfermedad y qué tanto se había expandido”, indicó.

El testimonio continuó exponiendo la subestimación de la salud civil por parte de la clase dirigente: “los informes fueron impresos en papel, hubo demoras en subirlos a internet y además eran terriblemente imprecisos. No había médicos listos para viajar ni teníamos manera de preparar a la gente. Médicos Sin Fronteras hizo un gran trabajo trasladando personas, pero aún así fuimos muy lentos en llevar a los miles de trabajadores a esos países”.

“Para una epidemia se necesitan cientos de miles de trabajadores. No había nadie dedicado a estudiar nuevos métodos de tratamiento, nadie estudiando los diagnósticos, cuáles instrumentos debían usarse. Fue un fracaso mundial. La OMS existe para monitorizar las epidemias, pero no hace nada de lo que estoy diciendo”, criticó.

Pero la falsa epifanía (evidentemente predecible con un mínimo análisis), fue más allá: “La falta de preparación podría hacer que la próxima epidemia sea mucho más devastadora que la del ébola”. Su discurso era preventivo, y preveía el obstáculo más grande, que era la baja probabilidad de que se hicieran los esfuerzos pertinentes.

Los sistemas sanitarios de los diferentes países del mundo se vieron colapsados ante la proliferación de la pandemia de COVID-19.

Lamentablemente dió en el blanco, y el COVID-19 ya se cobró más de 76.000 víctimas fatales en unos cuatro meses. El Ébola, en 2015, había provocado 10.000 muertes, aunque sólo en tres países de África. Según Bill Gates, para ésto hubo tres razones.

El trabajo heroico de los trabajadores de la salud; la naturaleza del virus, que no se propaga por el aire, y cuando se adquiere se está tan enfermo que te mantiene en cama; y que no llegó a muchas áreas urbanas (“pura suerte”, indicó). “En ése caso, el número de casos hubiera sido mucho mayor”.

Al respecto, advirtió: “La próxima vez podemos no tener la misma suerte. Podría ser un virus con el que los transmisores no se sientan mal y puedan viajar en avión o ir al mercado”. La fuente podrá ser una epidemia natural, como el ébola, o puede venir de bioterrorismo. Muchos factores pueden hacerlo mucho peor”.

El aislamiento social para prevenir el contagio fue la salida más seguida, luego de grandes debates, aunque afectará sensiblemente las economías.

“Es posible construir un sistema de respuesta bien eficaz”, aseguró el empresario en un pasaje de la exposición. “Tenemos a favor toda la ciencia y la tecnología de las que tanto hablamos. Sí tenemos los recursos pero hay que ponerlos al servicio de un sistema mundial general de salud”, continuó.

Fue en este sentido que introdujo la comparación con los esfuerzos bélicos: “Las mejores lecciones de lo que podemos hacer para estar preparados son, otra vez, lo que hacemos para la guerra”.

A los soldados los tenemos de tiempo completo, listos a desplazarse”, explicó. “Tenemos reservas que pueden aumentar el número enormemente. La OTAN tiene unidades móviles que pueden activarse con gran rapidez, hacen simulaciones para ver si la gente está bien entrenada. Es el tipo de cosas que tenemos que hacer para las epidemias”, enfatizó. 

Concretamente, el planteo de Bill Gates en 2015 fue: “Necesitamos contingentes de reserva médica, listo a desplazarse con todas las habilidades. Hay que equiparar a los médicos con los militares y darles la capacidad para moverse rápidamente, hacer logística y tener áreas seguras. Hacer simulaciones, ensayar campañas anti gérmenes. Además se necesita mucho desarrollo e investigación en áreas como diagnóstico y vacunas”.

El alto grado de viralización del nuevo coronavirus obligó a tomar precauciones extremas, a diferencia del Ébola.

Su perspectiva previó incluso las drásticas consecuencias que la pandemia le ocasionó a la economía global. “No tengo un presupuesto exacto de lo que podría costar (la preparación propuesta), pero estoy seguro de que sería muy poco comparado con el daño potencial que podría causar”, expresaba.

Según los cálculos del Banco Mundial en aquel entonces, “una posible epidemia mundial de gripe podría costar al menos 3 billones de dólares, más millones de muertes”. En este sentido, Gates señalaba que “la inversión conlleva beneficios significativos más allá de estar listos para próximas epidemias”.

Según su disertación, fortalecer “los servicios primarios de salud, la investigación y el desarrollo, reduciría la desigualdad en cuestión de salud y harían más justo y más seguro este mundo”. Es por esto que definía ésta preparación como una “prioridad absoluta”.

“Si hay algo positivo que puede sacarse del ébola es que sirvió de alarma temprana para que nos alistemos”, indicaba el magnate. “Tenemos que actuar ya, porque el tiempo corre. Si empezamos ahora, tal vez estaremos listos para la próxima epidemia”, concluyó.

El resto de la historia es de público conocimiento, aunque aún resta que termine de escribirse.

Ver Video:

"¿La próxima epidemia? No estamos listos".
La exposición de Bill Gates que advertía la crisis que un virus le podía ocasionar al mundo.
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