Por: Info360.net

Lo que se pensó como una simple central fotovoltaica terminó convirtiéndose en un experimento ambiental inesperado. En el desierto de Kubuqi, China instaló una megaplanta solar destinada exclusivamente a producir energía limpia, pero la infraestructura terminó alterando el ecosistema de un modo que sorprendió a los investigadores: la sombra de miles de paneles comenzó a modificar el microclima de la zona.

Kubuqi es una de las regiones más áridas del país, con suelos degradados y casi sin capacidad de retener humedad. Sin embargo, cuando los científicos analizaron el terreno bajo los paneles, descubrieron que la sombra reducía la temperatura del suelo, frenaba la evaporación y mantenía condiciones aptas para que apareciera vegetación resistente. Esa combinación permitió que raíces, microorganismos y materia orgánica empezaran a transformar la arena en un suelo incipiente.

Para comprobarlo, los investigadores compararon tres áreas: una con paneles únicamente, otra con arbustos y una tercera que combinaba vegetación bajo la sombra parcial. El resultado fue contundente: solo en la zona mixta surgió un proceso de recuperación real. Las raíces profundizaron, los microorganismos reactivaron el ciclo de nutrientes y el terreno dejó de comportarse como arena suelta.

El cambio no fue artificial ni forzado, sino progresivo. A medida que el suelo retenía más humedad, la vegetación crecía mejor y estabilizaba las dunas, reduciendo la erosión del viento. La planta solar, sin haber sido diseñada para ese propósito, funcionó como una estructura de regulación climática que permitió que la vida encontrara un punto de partida donde antes no lo había.

El fenómeno llamó la atención de otros países con zonas semiáridas, como Brasil, que estudian replicar un modelo similar: paneles arriba y restauración ecológica abajo. Si se confirma a gran escala, este enfoque podría unir la transición energética con la recuperación de paisajes degradados, mostrando que incluso un proyecto pensado para un solo fin puede desencadenar beneficios ambientales inesperados.