Por: Info360.net
Los peritos determinaron que el teléfono y la computadora de la psiquiatra fueron encendidos por última vez el 13, la misma jornada en la que las cámaras de seguridad captaron al jardinero entrando y saliendo de la casa. En las imágenes se lo observa con una bicicleta y una escalera, elementos que ahora forman parte de la investigación.
El testimonio de los vecinos también complicó al sospechoso. Ninguno declaró haberlo contratado para trabajar ese jueves, lo que debilitó aún más su versión y reforzó las sospechas sobre su presencia en la vivienda de la víctima.
Cinco días atrás, los investigadores lograron dar con su nombre y teléfono. En ese momento descubrieron que planeaba escapar hacia Tucumán y que contaba con posibles contactos en una villa de Quilmes donde podía ocultarse.
El operativo culminó cuando lo interceptaron en la esquina de su casa, con un bolso armado y listo para viajar. La sospecha de fuga fue clave para acelerar su detención.
En paralelo, los detectives también tomaron declaración a Pablo B., amigo de la psiquiatra y quien encontró el cuerpo. Si bien inicialmente fue demorado, recuperó la libertad pocas horas después y su aporte resultó fundamental: entregó la clave de la computadora de la víctima, lo que permitió avanzar en el caso