Por: Info360.net
El triunfo de Jeannette Jara en la primera vuelta presidencial de Chile dejó un escenario abierto y tenso para la definición del 14 de diciembre. La postulante comunista obtuvo el 26,83% de los sufragios, seguida de cerca por el ultraderechista José Antonio Kast, que alcanzó el 23,96%. La sorpresa de la jornada fue el tercer puesto del economista Franco Parisi, con un 19,61%, por encima de lo que anticipaban las encuestas y desplazando al libertario Johannes Kaiser, que quedó cuarto con el 13,93%.
Desde su comando en Santiago, Jara llamó a no ceder al miedo y defendió políticas impulsadas durante el gobierno de Gabriel Boric, como la reducción de la jornada laboral y las mejoras en pensiones y salario mínimo. Reconoció que casi la mitad del electorado eligió opciones distintas a ella y a Kast, y adelantó que buscará incorporar propuestas de otros sectores para ampliar su base de apoyo rumbo al balotaje.
El desafío es evidente: la suma de los votos de Kast, Kaiser y la candidata tradicional de la derecha, Evelyn Matthei —que obtuvo el 12,53%— supera el 50%. Tanto Matthei como Kaiser ya confirmaron su apoyo al líder republicano, fortaleciendo a un bloque conservador que llega unido a la segunda vuelta. Analistas como Manuel Antonio Garretón advierten que la derecha chilena mostró un perfil más autoritario, dejando en minoría a sus corrientes más moderadas.
En paralelo, el crecimiento de Parisi volvió a expresar un voto de descontento, más cercano a demandas económicas y a la búsqueda de “orden” que a identidades ideológicas estables. Para los especialistas, su electorado —al que Garretón y Leporati describen como fluctuante, endeudado y crítico de la política tradicional— será clave para definir la segunda vuelta, aunque difícil de captar de manera uniforme.
Kast, eufórico en su búnker del Barrio Alto, agradeció a “Dios” y habló de “unidad” para derrotar al oficialismo. Su campaña se apoyó en un discurso de mano dura, especialmente contra la migración irregular, con propuestas de deportaciones masivas y medidas inspiradas en el “modelo Bukele”. Del otro lado, Jara prometió combinar una agenda de seguridad firme con políticas sociales que permitan “llegar a fin de mes”. A 35 años del fin de la dictadura, Chile se encamina a una elección que definirá si continúa la senda progresista o adopta una ultraderecha fortalecida.