miércoles 06 de agosto de 2025
- Edición Nº2436

Política | 5 ago 2025

Volviendo a 1948: La novedad del desdoblamiento de las elecciones legislativas bonaerenses tras 77 años.

El 7 de septiembre se desarrollarán las elecciones legislativas en la Provincia de Buenos Aires, con la particularidad de que se harán de forma desdoblada de las elecciones legislativas nacionales, que tienen como fecha establecida el 26 de octubre.


Por: Por José Ignacio Faccio: Lic. en Ciencia Política y RRII (UCALP). Maestrando en Gobierno Local (UNQ). Secr. Asuntos Políticos (Unión de Politólogos Platenses). Asesor Legislativo.

Dicha situación no se daba desde hacía 77 años: el último desdoblamiento fue en el año 1948, cuando el peronismo estaba transitando su primer período de gobierno tanto en el país como en la provincia y decidió, como era natural en aquellos momentos, enfrentar ambas elecciones de forma separada. Tras tantos años de elecciones concurrentes, la determinación del actual gobernador de desdoblar la elección en un contexto donde, a diferencia del 48’, el gobierno nacional es ejercido por una fuerza opositora y contradictoria a la suya, resulta toda una novedad para la mayoría de la población, que está acostumbrada a elegir a la totalidad de sus representantes en una única fecha. 


Entonces cabe preguntarnos: ¿Cuál era el contexto en el que se desdobló en 1948? ¿Cuál es el actual? ¿Qué y cómo se vota el 7 de septiembre? ¿Cuáles son las principales características de dicha elección?

1948: La consolidación bonaerense del peronismo.

Para encontrar una situación de desdoblamiento electoral legislativo en la Provincia de Buenos Aires, debemos remontarnos al año 1948: a diferencia del presente año, la elección nacional se realizó con anticipación a la elección bonaerense, desarrollándose el 7 y el 14 de marzo respectivamente. En aquel entonces era natural que las elecciones nacionales se realizaran según el calendario federal y que las elecciones bonaerenses siguieran un cronograma distinto: así sucedió en 1914, 1920 y 1936.

En 1948, el presidente de la Argentina era Juan Domingo Perón y la provincia era gobernada por Domingo Alfredo Mercante. Ambos habían asumido sus puestos dos años antes mediante elecciones democráticas, en las que fueron dos grandes victorias para el incipiente movimiento peronista: Perón obtuvo el 53,75% de los votos con el Partido Laborista contra el 45,65% de Tamborini, candidato de la Unión Democrática (alianza que englobaba a la UCR, el Partido Socialista, el Partido Comunista y el Partido Demócrata Progresista) y Domingo Mercante el 54,56% de los votos, con amplia distancia por sobre su principal opositor, Juan Prat de la UCR. En dicho caso, a excepción de lo que venía sucediendo, se realizaron elecciones concurrentes tanto para cargos ejecutivos como para cargos legislativos: se trató de una estrategia electoral, cuya intención era mejorar la performance electoral de los candidatos a gobernadores (mediante la tracción nacional) y lograr un mejor caudal de legisladores provinciales entrantes. Ambos objetivos pudieron lograrse en territorio bonaerense: uno de forma categórica, ya que el gobernador electo obtuvo un importante porcentaje de votos, consolidándose dentro del armado peronista y ampliando su esfera de influencia más allá de la lógica sindical; otro de forma parcial pero no por ello menos efectiva: en lo que respectó al Senado, este quedó dividido en mitades (mitad peronista, mitad radical) pero en Diputados el peronismo obtuvo 49 bancas (asegurando la mayoría simple de 43 votos) contra las 35 bancas que alcanzó el radicalismo.

El 14 de marzo de 1948 en la provincia se votaron legisladores provinciales y concejales1. En dicha elección votó aproximadamente el 67% del padrón, resultando una participación considerablemente menor a la de 1946, en la cual había votado el 83,05% del padrón; merma que estuvo vinculada al desarrollo de una elección de medio término, que suele contar con menor participación que una elección donde se definen cargos ejecutivos. Para la Legislatura, se renovaron 63 bancas: 42 diputados y 21 senadores, distribuidos en 8 secciones electorales, de acuerdo a la nueva ley electoral provincial n°5.109 del 30 de octubre de 1946. Los resultados de tal elección fueron claramente favorables al peronismo, que obtuvo el 56,45% de los votos y le sacó casi 30 puntos al principal partido opositor, la Unión Cívica Radical. A partir de ese resultado, el peronismo obtuvo la mayoría en ambas cámaras. Asimismo, triunfó en la mayoría de las elecciones locales, ganando 100 municipios de 112.

De esta forma, el peronismo revalidó su gestión y confirmó y consolidó su predominio en el escenario bonaerense, mostrando potencial en su primera participación en una elección separada del calendario nacional y asentando su presencia y control territorial, mediante una mayor presencia municipal.

De 1951 en adelante la norma pasó a ser la concurrencia de elecciones, principalmente por cuestiones políticas, relativas a la alineación partidaria y al aprovechamiento de la tracción nacional, pero también por razones prácticas tales como los menores costos operativos y las mayores facilidades logísticas. Hasta que llegó la excepción de 2025.

7S: desdoblando la elección de los bonaerenses.

El 2025 es un año electoral en el cual se han realizado múltiples modificaciones electorales, que varían considerablemente la forma habitual de votar, entre ellas destacan: el establecimiento de la boleta única papel a nivel nacional, la suspensión de las PASO a nivel nacional y de las PAOS2 a nivel provincial y el desdoblamiento de las elecciones bonaerenses. Las últimas medidas fueron anunciadas el día 7 de abril por el Gobernador Axel Kicillof; la primera efectuada mediante el envío de un proyecto de ley al poder legislativo, el cual ya fue aprobado, estableciendo la suspensión por única vez de tal instrumento (no sabiéndose que le deparará a futuro, respecto de próximas elecciones), y la segunda mediante el decreto n°639/2025, que estableció el 7 de septiembre como fecha de la elección.

En las elecciones del 7 de septiembre se elegirán 1567 cargos: 23 senadores, 46 diputados, 1097 concejales y 401 consejeros escolares. Este número da cuenta de la importancia de la elección, donde se decidirá el rumbo y el equilibrio de fuerzas no solo de la legislatura provincial sino también de todos los concejos deliberantes de los 135 municipios que conforman el territorio bonaerense.

El sistema electoral utilizado en la provincia no es el sistema D´Hondt, utilizado para la elección de diputados nacionales, sino que es el sistema proporcional basado en el cociente electoral simple, conocido como “Cociente Hare”, con asignación de bancas “restantes” por residual o resto mayor. En lo que respecta a la renovación por mitades de las cámaras legislativas, esta se organiza al igual que en 1948 por ocho secciones electorales, con la salvedad que en aquel entonces los diputados eran electos por las zonas más urbanas (La Plata y las actuales primera y tercera sección electoral) y los senadores por el interior. Actualmente todas las secciones electorales tienen de ambas representaciones, modificándose cada dos años el cargo a elegir: este año eligen senadores las secciones primera (8 bancas), cuarta (7 bancas), quinta (5 bancas) y séptima (3 bancas) y diputados las secciones la segunda (11 bancas), tercera (18 bancas), sexta (11 bancas) y octava o capital (3 bancas). Además, a diferencia de nación, que modificó su sistema de votación por el de una boleta única de papel (BUP), provincia continuará con el sistema de boleta partidaria tradicional, con posibilidad de cortar y combinar tramos. Otro dato que da cuenta de la importancia de esta elección es que están habilitadas para votar más de 13 millones de personas, aproximadamente el 37% del padrón electoral nacional, que se encontrarán distribuidas en 38.778 mesas.

El gobernador Kicillof tomó la decisión de desdoblar la elección en un contexto que no parecía serle propicio (por lo menos en los papeles), ya que no contaba con el apoyo externo e interno suficiente para tomar una decisión de ese estilo, debido a que el poder ejecutivo nacional, a diferencia de aquella experiencia del 48’, está siendo ejercido por una persona (Javier Milei) de una fuerza opositora y contradictoria a la suya, que detenta a dos años de su asunción una imagen positiva alta y que funda parte de su legitimidad en la crítica constante al modelo de gestión provincial, y porque el bloque interno se encuentra signado por las constantes disputas entre su espacio y los espacios que responden a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Esto le valió al gobernador recibir críticas desde todos los espacios políticos, referidas al gasto y a las dificultades operativas de llevar adelante la elección, y desde su propio espacio respecto de la estrategia electoral, concibiéndola como un riesgo en términos de resultados electorales, por la posibilidad de que ello implique una merma en el porcentaje de votos para el peronismo tanto en lo que respecta a legisladores nacionales como a legisladores provinciales, con potenciales efectos negativos en las boletas municipales.

El gobernador y su entorno fundamentaron su decisión en la búsqueda de una provincialización de la elección, que se centre y ponga en valor la gestión provincial, sin diluirla en la discusión nacional, y que logre escapar del arrastre positivo que tiene la figura de Javier Milei; y en las dificultades que conllevaba votar con dos mecanismos distintos, al realizarse la elección nacional con boleta única de papel pero continuando la provincia con el sistema tradicional de boleta con cuerpos. Sin embargo, resulta claro que detrás de esas fundamentaciones se esconde la verdadera justificación, que es la de demostrar volumen propio en la toma de decisiones y preservar su liderazgo en tanto gobernador y figura trascendental del peronismo bonaerense actual, con miras a las elecciones presidenciales de 2027.

El 7 de septiembre sabremos si dicha decisión fue acertada, lo cual lo catapultaría como un serio candidato al 2027, o si por el contrario se trató de un error, del cual será considerado el principal culpable y, por el cual, seguro sea condenado a quedar fuera de la próxima contienda electoral.

 

 

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