

Por: Info360.net
Fernando Tauber presentó su candidatura para presidir nuevamente la Universidad Nacional de La Plata. Será su tercer mandato en 15 años, pero en los hechos nunca se fue del todo. Desde cargos institucionales o como figura omnipresente, mantuvo su influencia intacta sobre las decisiones clave de la UNLP.
Fue el primer presidente elegido bajo el nuevo estatuto que impide las reelecciones, pero su estrategia le permitió eludir esa barrera legal. Siempre hubo un sucesor funcional, una vicepresidencia a su medida y un espacio garantizado para seguir conduciendo sin el título formal.
Tauber, de origen radical y con larga experiencia en la gestión pública, tejió vínculos con gobiernos de distintos signos políticos. Desde su irrupción en 1996 como director de Asuntos Municipales hasta hoy, consolidó su figura como el dirigente más influyente del mundo universitario platense.
Su nuevo mandato, que lo proyecta hasta 2030, fue anunciado sin sorpresa. No hubo competencia. Todos los claustros lo respaldaron en una sala del Consejo Superior colmada. Mientras tanto, su protagonismo público no cedió: estuvo presente en casi cada actividad institucional de los últimos años, opacando a quienes ocuparon formalmente la Presidencia.
Para muchos, el verdadero sillón del Rectorado nunca dejó de ser suyo.