Por: info30.net

En las universidades nacionales avanza el SACAU, una transformación que apunta a reorganizar los planes de estudio para 2027 bajo un sistema de créditos académicos, similar al europeo. Cada crédito representará 25 horas de trabajo del estudiante, combinando clases presenciales y estudio autónomo. La iniciativa promete flexibilizar trayectos, facilitar intercambios entre instituciones y acortar la duración real de las carreras.

Sin embargo, desde diversos sectores estudiantiles y docentes surgieron advertencias. Señalan que el sistema, inspirado en el Plan Bolonia europeo, puede mercantilizar la educación pública, midiendo los saberes como mercancías y estandarizando trayectos formativos en detrimento de la riqueza académica local. En experiencias como las de España, Italia o Chile, reformas similares derivaron en deserción, endeudamiento y pérdida de contenidos críticos.

Otro punto sensible es la posible subordinación de los contenidos académicos a las necesidades del mercado laboral. Se teme que la formación integral sea reemplazada por carreras más cortas y especializadas, trasladando conocimientos fundamentales a posgrados pagos. A la vez, la estandarización de planes entre universidades públicas y privadas podría profundizar las desigualdades, afectando a la autonomía universitaria conquistada desde la Reforma de 1918.

La implementación del SACAU también se cuestiona por su carácter poco participativo. Aunque se abren debates en algunas facultades, la resolución ministerial ya establece directrices obligatorias, lo que limita la discusión democrática sobre el modelo educativo que se quiere construir. Para muchos, no se trata sólo de una cuestión administrativa, sino de defender la universidad como espacio crítico, inclusivo y gratuito.

Mientras el gobierno nacional y los rectores impulsan la reforma, distintas agrupaciones llaman a organizarse en defensa de la educación pública. La memoria de resistencias pasadas, como la oposición a la Ley de Educación Superior de los ’90, sirve hoy de inspiración para quienes consideran que la universidad no debe regirse por lógicas de mercado, sino por el derecho al conocimiento y la formación emancipadora.