

Por: info30.net
Luego de meses de movilizaciones semanales, jubilados y jubiladas volvieron a las calles este miércoles para reclamar por una jubilación digna y la prórroga de la Ley de Moratoria Previsional. En esta ocasión, a su lucha se sumaron sindicatos, organizaciones sociales y cientos de hinchas de distintos clubes de fútbol, que quisieron acompañar y proteger a quienes han sido blanco constante de la represión policial.
La respuesta del Gobierno no tardó en llegar. Pasadas las 16, las fuerzas de seguridad desplegaron un operativo masivo en las inmediaciones del Congreso. Bajo el protocolo antipiquetes impulsado por Patricia Bullrich, efectivos de Gendarmería y la Policía Federal avanzaron sobre los manifestantes con camiones hidrantes, gases lacrimógenos y balas de goma. A pesar de que la marcha se desarrollaba pacíficamente, la represión escaló rápidamente, dejando heridos y detenidos.
Entre los casos más graves, una jubilada tuvo que ser atendida de urgencia tras recibir un golpe en la cabeza por parte de un gendarme. Además, el fotógrafo Pablo Grillo, que se encontraba documentando la protesta, sufrió un fuerte impacto en la cabeza y fue trasladado de urgencia a un hospital, donde debió ser intervenido quirúrgicamente. La brutalidad del operativo generó indignación y repudio en redes sociales, donde se viralizaron imágenes de policías arremetiendo contra manifestantes indefensos.
Mientras la represión se desataba en las calles, dentro del Congreso los diputados debatían otros temas sin pronunciarse sobre la violencia ejercida afuera. Algunos legisladores opositores, al ver la magnitud de los hechos, abandonaron sus bancas y se dirigieron a la movilización para solidarizarse con los jubilados y exigir el cese del ataque.
La brutalidad del accionar policial dejó en evidencia las prioridades del gobierno de Javier Milei. Mientras millones de personas sufren el ajuste y la pobreza, el Estado destina recursos para reprimir en lugar de asistir a los sectores más vulnerables. La violencia desatada este miércoles es una muestra más del deterioro democrático y del intento de acallar cualquier tipo de protesta social.
Organizaciones de derechos humanos, gremios y sectores políticos anunciaron que tomarán medidas para denunciar la represión y exigir justicia por los heridos. Mientras tanto, los jubilados aseguran que no abandonarán la lucha. "Nos pueden golpear, pero no nos van a callar", fue el mensaje que se repitió en la jornada.