

Por: Info360.net
El consumo de carne vacuna en Argentina cayó a su nivel más bajo en casi tres décadas, con un promedio de 47,2 kilos por habitante por año entre enero y octubre de 2024. Este valor no solo es un 11,2% inferior al mismo período de 2023, sino que también marca un cambio histórico en la mesa de los argentinos, quienes optan cada vez más por alternativas económicas como el pollo y el cerdo.
Según especialistas, la caída está directamente relacionada con el poder adquisitivo debilitado de la población. Actualmente, con el precio promedio de un kilo de carne vacuna, los consumidores pueden adquirir hasta tres kilos de pollo o dos kilos y medio de cerdo. Este fenómeno refleja el impacto de la inflación y los ajustes en los hábitos alimenticios.
A pesar de ser la proteína animal que menos aumentó en relación con otros alimentos, con una variación interanual del 149%, la carne vacuna sigue siendo inalcanzable para muchos. En contraste, el pollo y el cerdo registraron incrementos del 176% y 173%, respectivamente, manteniéndose aún como opciones más accesibles.
Además, el precio de la carne vacuna no parece mostrar signos de recuperación inmediata. Según expertos, cualquier mejora en el consumo podría comenzar recién en el primer trimestre de 2025, cuando un posible incremento en los ingresos permita a las familias destinar más presupuesto a alimentos de mayor costo.
Mientras tanto, Argentina sigue siendo el segundo mayor consumidor de proteínas animales a nivel mundial, con un promedio anual de 114 kilos por habitante, aunque esta cifra incluye cada vez menos carne vacuna y más opciones alternativas.