

Por: Info 360
Con días de entre 10 y 15 horas de sol durante el año, Argentina tiene la exquisita posibilidad de capitalizar esta característica distintiva y utilizarla como fuente de energía para lograr bajar los costos de la electricidad.
Pero además, esta situación también se ofrece como condición para establecer nuevos modos de vincular a la sociedad con el ambiente que la rodea. Gran parte de la energía generada podría provenir de esta inagotable fuente energética, posibilitando la utilización de paneles solares térmicos, capaces de absorber el calor y calentar algún tipo de fluido. A modo de ejemplo en este sentido, existen centrales termo-solares que calientan sales minerales y producen electricidad que se utiliza para calefaccionar hogares y calentar agua. A su vez, podemos destacar la energía fotovoltaica, que capta la luz del sol y la transforma en electricidad, algo que puede desarrollarse en una baja, media o gran escala mediante parques solares.
Pero, ¿qué pasa con la energía eólica? Sí, también el sol es el responsable de la generación de los vientos, influyendo su calor en las masas de aires. De esta manera, el viento con su movimiento generado a partir del cambio de temperaturas, fluye en determinadas direcciones, a pesar que, en las zonas altas donde suelen carecer de obstáculos, circulan con mayor libertad y en general con una frecuencia más o menos predecible. En promedio, durante el año 2021 las energías renovables han cubierto el 13% de la demanda total de energía eléctrica en nuestro país -llegando hasta a un 29% en sus máximos picos diarios-, como consecuencia de un proceso creciente de instalación y adopción de métodos sustentables de producción energética.
Para tomar dimensión, durante 2020 la incidencia de energías “verdes” sobre el total había sido de 10%. La capitalización de la energía solar en sus diversas modalidades es un claro ejemplo del avance sostenido que transita nuestro país en la sustitución de fuentes de energía contaminantes por otras más “limpias”. Según datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (Cammesa), la participación de la energía solar dentro del espectro total de producción de energía en Argentina era de 0,02% en 2017.
No obstante, para 2018 ya rozaba el 0,50%, al año siguiente ascendía a 1,10%, en 2020 a 1.80% y en 2021 la incidencia de la energía solar escaló al 2,46% del total de la capacidad instalada de fuentes energéticas.Si bien aún resta mucho para alcanzar los objetivos propuestos en los diferentes tratados internacionales y leyes locales, sí se pueden observar pasos importantes en dirección a una matriz de producción y consumo de energía cada vez más saludable para nuestro entorno y, por ende, para nuestra calidad de vida.