

Por: Redacción Info360
La ceremonia de entrega de premios más prestigiosa de los Estados Unidos, y de las más importantes del mundo, se vio empañada este domingo luego de un incidente que sin dudas quedará en la historia de los Oscars.
Desafortunadamente, no fue el reconocimiento a la virtud artística el gran protagonista de la noche, sino una escandalosa escena que tuvo como protagonistas a dos caras bien conocidas en Hollywood: Will Smith y Chris Rock.
La 94° edición del gran espectáculo de la academia estadounidense transcurría normalmente bajo la conducción del comediante, hasta que incluyó dentro de su performance un chiste sobre el aspecto de Jada Pinkett Smith, esposa del actor de larga trayectoria.
La actriz arrastra desde hace tiempo una patología que le provoca pérdida de cabello, sobre la cual ha hecho una causa pública para su visibilización.
En ese marco, Rock -reconocido por sus rutinas de humor ácido, además de sus papeles cómicos en películas- bromeó acerca de que podría protagonizar la secuela de G.I. Jane, aquella película de 1997 donde Demi Moore interpretA a una soldada estadounidense y donde se recuerda que presentaba su cabeza rapada.
Si bien en un principio pareció ser tomado con cierta gracia por parte del protagonista de El método Williams -por cuyo rol protagónico se encontraba nominado a ganar el premio a Mejor Actor-, Jada no pudo ocultar su incomodidad y desencadenó una inesperada réplica que dejó helada a la audiencia internacional y a todas las estrellas presentes.
Will Smith golpea a un comediante que hizo bromas sobre su esposa en los #Oscars
— DW Español (@dw_espanol) March 28, 2022
El actor estadounidense causó revuelo al abofetear a Chris Rock en pleno escenario después de que este se burlase de la alopecia de su esposa.
Smith se disculpó luego por el incidente. /ir pic.twitter.com/PhPk4HrfDh
Smith se paró, caminó enérgicamente hacia el centro del escenario donde se ubicaba Rock, y le propinó un violento cachetazo que dejó estupefacto al conductor del evento y a cada testigo del hecho. Luego se dio vuelta, volvió a sentarse en su lugar y le gritó en reiteradas ocasiones: “Mantén el nombre de mi esposa fuera de tu p*ta boca” (“Keep my wife’s name out of your fucking mouth”).
Unos 10 minutos después del incómodo momento, el protagonista máximo de la noche era citado nuevamente al escenario a recibir su premio como mejor actor. Para ese momento, el actor ya se había reunido con su asesora de Relaciones Públicas, y terminó esbozando un pedido de disculpas entre lágrimas pidiendo: “Espero que me vuelvan a invitar”.
En el transcurso de la noche, otros actores y figuras de renombre intentaron atenuar la tensión que había quedado latente en el aire de la gran noche hollywoodense.
Antony Hopkins bregó por la paz y el amor al entregar el Oscar a mejor actriz a Jessica Chastain; mientras que el rapero Sean Diddy Combs, buscó darle un tono conciliador a su intervención: “Will y Chris: vamos a solucionar esto en familia. Ahora mismo vamos a seguir adelante con amor”.
Lo cierto es que, más allá de que evidentemente no se trataba de una escena guionada, la organización de los Oscars lo dejó en claro a través de las redes sociales, sin mencionar el incidente pero aclarando: “No consentimos la violencia”.
Además de la agresión física, el exabrupto incluyó palabras prohibidas en una ceremonia de este envergadura, como “fucking”; además de eclipsar todo el resto del evento, cuyos grandes vencedores, como la película CODA, probablemente no tengan la misma trascendencia que si la noche hubiera transcurrido en armonía.