

Al igual que en el AMBA, en La Plata la densidad poblacional se traduce en crisis habitacional: el sueño de la casa propia es literalmente eso, un sueño. Así, durante los últimos 15 años, muchas zonas semi rurales de la capital bonaerense se fueron poblando con urbanizaciones no planificadas, emplazadas en barrios o loteos de iniciativa privada que se caracterizan por cierta informalidad en los papeles, y por lo tanto su regularización y tenencia definitiva es un camino plagado de inconvenientes para sus propietarios.
Uno de los lugares que más creció en este sentido es Arana, una localidad al sur del casco urbano platense. En la gran mayoría de los hogares de esta zona el gas natural no llega y el agua de red tampoco, por lo tanto, el servicio eléctrico se torna fundamental para el funcionamiento de todo el hogar.
A través de la intermediación de Augusto Sciarreta, a cargo de la Subsecretaría de Tierras, Hábitat y Vivienda del municipio y un relevamiento realizado por el Movimiento de Unidad Popular (MUP), la empresa EDELAP finalmente comenzó con la colocación de medidores, empezando por la zona comprendida entre 131 y 132 bis entre 637 y 638.
“Haber conseguido los medidores para nuestras casas nos permite hacer valer nuestros derechos como usuarios de la empresa y poder reclamar por el servicio cuando se interrumpe, que sucede mucho, no solo cuando hay tormenta”, nos cuenta Laura Navarro, referente del Comité de Crisis que motorizó los reclamos.
“Nosotros no podemos subdividir formalmente los terrenos en los que vivimos, están divididos de hecho por los vecinos. Entonces, para que cada uno pueda tramitar su escritura, necesitamos primero tener un servicio a nuestro nombre. Eso nos legitima como dueños fehacientes de la propiedad por la cual pagamos el servicio eléctrico”, manifestó Laura respecto de la importancia de tener el medidor para empezar la regularización de las tierras de las que son dueños.