En un giro reciente que reaviva la esperanza y el dolor, Susana Trimarco, en diálogo con el programa El Avispero, afirmó haber recibido una noticia desde Asunción que ubicaría a su hija en Paraguay.
"Anda comiendo de los basureros, supuestamente es mi hija", expresó Trimarco. La mujer relató que le enviaron una foto de la presunta Marita, pero que no quiso mostrarla públicamente porque "está en una situación horrorosa". "Es cuero y hueso, está desfigurada. Para mí, como madre, es un puñal en el pecho", describió Susana, conmovida por la imagen.
Marita Verón, una joven de 23 años, fue vista por última vez el 3 de abril de 2002 en San Miguel de Tucumán, cuando salió de su casa para ir al médico y nunca regresó. Su historia se convirtió en un símbolo de la lucha contra la trata y un motor para la sanción de leyes fundamentales en Argentina.
La investigación del caso Marita Verón expuso la existencia de redes de trata de personas y las falencias en la actuación de las autoridades policiales y judiciales. La tenacidad de Susana Trimarco fue fundamental para recolectar pruebas y testimonios que llevaron a la justicia a actuar.
Tras 12 años de proceso, en abril de 2014 llegó la sentencia, que estableció condenas de entre 10 y 22 años para los diez acusados. Entre los condenados figuraron:
Las condenas no quedaron firmes hasta abril de 2017, cuando los acusados comenzaron a cumplir sus sentencias.
El caso Marita Verón no solo generó un movimiento de solidaridad, sino que impulsó cambios legislativos significativos:
A 23 años de aquel 3 de abril de 2002, Susana Trimarco y su nieta Micaela, quien hoy tiene la misma edad que su madre al desaparecer, continúan buscando a Marita, aferrándose a cada indicio con la esperanza de encontrarla.