El próximo domingo 26 de octubre, la ciudadanía argentina elegirá a los nuevos representantes del Congreso Nacional, en unos comicios que renovarán 127 bancas en Diputados y 24 en el Senado. La elección pondrá a prueba la capacidad del oficialismo para retener poder legislativo y la de la oposición para fortalecer sus posiciones de cara a los próximos dos años de gestión.
En el entorno de La Libertad Avanza, las últimas horas de campaña se concentran en reforzar el mensaje de continuidad y gobernabilidad. La ministra de Seguridad y candidata al Senado, Patricia Bullrich, remarcó que “sin una mayoría legislativa, el plan de transformación económica podría quedar inconcluso”, y llamó a consolidar el apoyo al presidente Javier Milei en las urnas.
Desde el peronismo bonaerense, la estrategia se centra en movilizar votantes y explicar el funcionamiento del nuevo sistema con Boleta Única Papel (BUP), que se utilizará por primera vez en la provincia. Referentes como Axel Kicillof y Sergio Massa recorren el territorio con un mismo mensaje: cada voto cuenta. “Hay que explicarle a la gente cómo se vota y por qué es importante participar”, señaló el gobernador.
En paralelo, Florencio Randazzo volvió a apuntar contra la polarización entre el oficialismo y el kirchnerismo, destacando que su espacio, Provincias Unidas, busca “poner sensatez en el Congreso”. Su discurso intenta captar al electorado independiente que se distancia de las principales fuerzas políticas.
Mientras tanto, la situación económica marca el pulso de la campaña. Las tensiones cambiarias y la cautela de los mercados reflejan la incertidumbre previa al domingo electoral. Con los sondeos aún reservados y la veda a la vista, el escenario se perfila ajustado y decisivo para el futuro del Parlamento argentino.