El presidente Javier Milei retomó su agenda de campaña en la provincia de Buenos Aires con una visita a la planta que Siderca construye en San Nicolás, donde prometió avanzar con una reforma laboral y tributaria tras las elecciones del 26 de octubre. El acto se realizó a puertas cerradas, mientras distintas agrupaciones políticas y sociales protestaban en las inmediaciones.
El mandatario fue recibido por el empresario Paolo Rocca, en el marco de la construcción de una nueva acería valuada en 286 millones de dólares, beneficiada por el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Allí, Milei insistió en la necesidad de modificar el sistema laboral argentino para “darle previsibilidad a las empresas e incentivar la contratación formal”.
“Los trabajadores también necesitan la reforma, porque cuando hay más demanda de empleo, el salario sube”, afirmó ante un auditorio compuesto por empresarios y empleados. Según explicó, el nuevo marco legal buscará reducir la “industria del juicio” y habilitar mayores libertades para la negociación entre empleadores y sindicatos.
Entre los puntos destacados del proyecto, el Presidente mencionó la digitalización de los trámites laborales, la posibilidad de pactar salarios en moneda extranjera y la creación de un sistema de banco de horas. También señaló que se promoverán “nuevas negociaciones colectivas que actualicen marcos contractuales vigentes desde hace más de 70 años”.
Además, Milei anunció una futura reforma tributaria orientada a la “simplificación del sistema impositivo”, que incluiría la eliminación de unos 20 impuestos de bajo impacto recaudatorio. El plan también contemplará la revisión del régimen de ganancias para personas humanas, ampliando las deducciones con el objetivo de “reducir la carga fiscal y fomentar la facturación formal”.
Mientras tanto, en los alrededores de la planta industrial, organizaciones como Fuerza Patria, Polo Obrero, Derecho al Futuro y el Movimiento Evita realizaron cortes y manifestaciones para repudiar la visita presidencial. La movilización fue una nueva muestra de las dificultades del oficialismo para realizar actos públicos sin tensiones.