El streaming del CONICET, que mostró durante semanas las profundidades del Mar Argentino en tiempo real, está a punto de llegar a su fin. Este sábado 10 de agosto se apagará la señal del buque Falkor (too), cerrando una experiencia científica sin precedentes en el país.
En una de sus últimas emisiones, un particular hallazgo capturó la imaginación del público: una criatura marina con una forma que recordó al Sol de Mayo. De inmediato, las redes la bautizaron como “el Sol de Mayo marino”, mezclando ciencia, emoción nacional y humor.
La expedición, impulsada por el CONICET en colaboración con el Schmidt Ocean Institute, permitió explorar por primera vez el cañón submarino Mar del Plata. Gracias a tecnologías de vanguardia, se descubrieron paisajes y especies jamás registradas en el Atlántico Sur.
El streaming no solo acercó la ciencia al gran público, sino que permitió vivir en tiempo real el trabajo de investigadores argentinos a bordo del buque, creando una comunidad virtual que reaccionó, compartió y convirtió cada hallazgo en un fenómeno cultural.
Que esta transmisión haya sido nacional no es un dato menor. Significa que la ciencia hecha en Argentina puede ser accesible, emocionante y profundamente conectada con la identidad colectiva. Y aunque la señal se apague, el legado de esta experiencia ya forma parte de nuestra historia científica.