Desde mediados de noviembre, los cielos de Nueva Jersey y otras partes de la costa este de Estados Unidos han sido testigos de una serie de avistamientos misteriosos de drones. Estos objetos voladores, algunos del tamaño de un coche, han generado gran preocupación entre los residentes locales y las autoridades, ya que han sido vistos sobrevolando bases militares y zonas cercanas al espacio aéreo de aviones comerciales.
El alcalde de Middletown, Tony Perry, denunció públicamente que en la última semana se avistaron más de 40 drones sobrevolando la ciudad durante la noche, y en las últimas semanas, miles de reportes similares han surgido. Describió los objetos como "del tamaño de todoterrenos" y detalló que volaban a velocidades entre los 96 y 110 kilómetros por hora. "No sé cómo alguien puede sentarse ahí y decir que no hay una amenaza inmediata", afirmó Perry en declaraciones a CNN.
A pesar de la creciente alarma, las autoridades federales han minimizado la situación. La Casa Blanca, junto con el FBI, ha asegurado que los drones no representan una amenaza para la seguridad nacional. Sin embargo, no han dado una explicación sobre qué exactamente podrían ser estos objetos. La portavoz del Pentágono, Sabrina Singh, desmintió los rumores que indicaban que se trataba de drones militares estadounidenses, y añadió que se están tomando las denuncias "con seriedad".
Por otro lado, el ministro de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, ha confirmado que el Gobierno no tiene la autoridad legal para derribar drones. Según Mayorkas, los avistamientos de los últimos días podrían ser el resultado de "identificaciones erróneas" de drones pequeños, que incluso pueden ser adquiridos en tiendas de hobby. "No tenemos constancia de ninguna amenaza o actividad malintencionada", afirmó el ministro, minimizando la preocupación.
No obstante, el expresidente Donald Trump se mostró preocupado por la falta de respuesta oficial, publicando un mensaje en su plataforma Truth Social donde instó a las autoridades a actuar. "¿Podemos realmente creer esto sin que lo sepamos? Si no, dispárenles", expresó el presidente electo, sugiriendo que los drones deberían ser derribados si no se proporciona una explicación clara.
Mientras tanto, las teorías sobre el origen de los misteriosos objetos no dejan de multiplicarse. Algunos especulan que los drones provienen de un barco iraní, otros creen que están siendo utilizados por el servicio secreto para vigilar la finca de Trump en Bedminster, Nueva Jersey, mientras que algunos señalan a China o al "Estado profundo" como posibles responsables. Sin embargo, hasta el momento, no se ha proporcionado evidencia que confirme ninguna de estas teorías.
La Casa Blanca ha solicitado al Congreso que apruebe una ley que otorgue a las autoridades más poder para identificar e interceptar drones que puedan representar una amenaza para aeropuertos y otras infraestructuras críticas. Sin embargo, la incertidumbre persiste en cuanto a la verdadera naturaleza de los avistamientos y la respuesta que las autoridades deberían ofrecer frente a este fenómeno.