Pablo Ventura, el remero de Zárate que fue incriminado falsamente por los rugbiers en las primeras horas de la investigación del crimen de Fernando Baéz Sosa en Villa Gesell, dijo este miércoles tras su declaración ante el Tribunal de Dolores que "ninguno" de los ocho imputados pudo a mirarlo "a la cara" y sostuvo que "le gustaría" escuchar una explicación de por qué lo mencionaron. "Me molestó que me hayan nombrado. Ellos no me quisieron ver (en la audiencia). Nunca me dijeron nada a la cara", aseguró Ventura (24) sobre los ocho rugbiers, al retirarse del edificio judicial donde el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores lleva acabo el juicio por el crimen de Báez Sosa (18).
El remero dijo a la prensa que su declaración "fue simple" y que duró "entre 15 y 20 minutos", para luego darle lugar a su padre, José María, el segundo testigo de la tercera jornada. "Fue muy de cobarde nombrar a alguien cuando fuiste vos quién lo hizo. Perdí mi privacidad después de esto. Especialmente los dos meses después que pasó el hecho. Me gustaría escuchar una explicación del por qué me nombraron", sostuvo el joven. Ventura aseguró que sintió "un gran alivio" al declarar y que las preguntas que le formularon ambas partes lo ayudaron a liberarse.
Por último, añadió que ahora su vida "está tranquila" y que espera que se haga justicia. Más temprano, antes de ingresar al Palacio de Tribunales, Ventura había dicho a la prensa que no sabía cómo se iba a sentir cuando tuviera a los imputados frente a frente, aunque adelantó: "Con buena cara no los voy a mirar". "Yo los conocía de vista, es una ciudad chica Zárate, hay un solo boliche y nos cruzábamos ahí", recordó al referirse a los imputados.